No hay nada mejor que aprovechar una hermosa mañana para coger los bártulos y subir al monte “a donde sea”.
El otro día es lo que hice. Cogí la mochila, un poco de ropa de abrigo “por si acaso”, agua y me eché al monte. La verdad es que disfrutas de estos días sueltos en los que la empresa te deja estar en casa fuera de temporada. Disfrutas del pueblo. En el monte no encuentras ni coches ni gente (salvo los que tienen que estar por su obligado y sacrificado empleo de ganadero).
A decir verdad, hay una tipología de usuario del monte que no echo de menos. Se trata de los motoristas. Mejor dicho, de algunos motoristas, ya que imagino que, como en todo, habrá buenos y malos. No es animo de criticar ni a nadie ni a un practicante de un deporte tan apasionante cómo es el motociclismo, pero los resultados que te encuentras tras un puente cómo el que acaba determinar en los montes, te da que pensar.
Yo he hablado con alguno de los motoristas que practican éste deporte y estoy contento de quedar convencido que son eso, motoristas a los que les encanta el monte. Sin embargo, lo que ves tras un puente te indica que hay “algunos” a los que no les gusta el monte, ó por lo menos eso transmiten los datos que nos dejan a los demás usuarios: caminos destrozados, itinerarios “por que si”, variantes “a lo mecagüen”, piedras levantadas y arrojadas al camino, y así una serie de aspectos que, a los que conocemos los caminos desde hace unos años, no dejan de causarnos perplejidad.
Entiendo que una persona que es capaz de madrugar un domingo, calzarse el disfraz de motero montañero y subir al monte, debe sentir algo más que el placer del olor a gasolina y rueda quemada. Supongo que esta persona debe de amar y sentir el monte y todo lo que representa. Supongo. Pero visto el resultado, creo que a más de uno lo único que le interesa es esnifar gasolina y destrozar las ruedas para fardar ante el colega ó ante la niña. Y si de paso me embarro, demuestro lo guay que soy.
Además, se nota. Fíjate en caminos cómo el de los ingenieros (autentica "autopista" montañera) un día tras un puente largo: hay rodadas que se ven que van rodando por el camino, respetando. Sin embargo, hay otras que van derrapando, trazando por donde les da la gana, pasando por donde no hay camino, moviendo piedras, destrozando los pasos de agua que alguien muy bien diseño un día (no pensando en que con los años subirían motoristas con esas mentalidades)…. No me lo invento, sube al monte y míralo por ti mismo. Dejo aparte el tema de los quads.
Sería interesante recordar a estos usuarios (aparte de prohibiciones, que es otro cantar), que el monte es de todos, que ese camino que estas destrozando vacilando a loa colegas, es por el que la gente va a transitar a pie, en bici, a caballo,… Que no es de tu propiedad. Que esos caminos llevan mas tiempo ahí que el que una mente como esa se puede llegar a imaginarse.
Consecuencias, ves a la gente a quien realmente el monte lo siente como parte, ya no de uno mismo, si no como parte de todos, colocando piedras, limpiando pasos de agua, quitando ramas, en una palabra: cuidándolo! Una cosa es bien cierta: si el motorista amante de la naturaleza respeta el camino, es el que mejor lo va a marcar ya que mis botas ó las ruedas de mi bicicleta de montaña no son tan agresivos cómo para desbrozar la traza de hierbas. Al cesar lo que es del césar.
El otro día es lo que hice. Cogí la mochila, un poco de ropa de abrigo “por si acaso”, agua y me eché al monte. La verdad es que disfrutas de estos días sueltos en los que la empresa te deja estar en casa fuera de temporada. Disfrutas del pueblo. En el monte no encuentras ni coches ni gente (salvo los que tienen que estar por su obligado y sacrificado empleo de ganadero).
A decir verdad, hay una tipología de usuario del monte que no echo de menos. Se trata de los motoristas. Mejor dicho, de algunos motoristas, ya que imagino que, como en todo, habrá buenos y malos. No es animo de criticar ni a nadie ni a un practicante de un deporte tan apasionante cómo es el motociclismo, pero los resultados que te encuentras tras un puente cómo el que acaba determinar en los montes, te da que pensar.
Yo he hablado con alguno de los motoristas que practican éste deporte y estoy contento de quedar convencido que son eso, motoristas a los que les encanta el monte. Sin embargo, lo que ves tras un puente te indica que hay “algunos” a los que no les gusta el monte, ó por lo menos eso transmiten los datos que nos dejan a los demás usuarios: caminos destrozados, itinerarios “por que si”, variantes “a lo mecagüen”, piedras levantadas y arrojadas al camino, y así una serie de aspectos que, a los que conocemos los caminos desde hace unos años, no dejan de causarnos perplejidad.
Entiendo que una persona que es capaz de madrugar un domingo, calzarse el disfraz de motero montañero y subir al monte, debe sentir algo más que el placer del olor a gasolina y rueda quemada. Supongo que esta persona debe de amar y sentir el monte y todo lo que representa. Supongo. Pero visto el resultado, creo que a más de uno lo único que le interesa es esnifar gasolina y destrozar las ruedas para fardar ante el colega ó ante la niña. Y si de paso me embarro, demuestro lo guay que soy.
Además, se nota. Fíjate en caminos cómo el de los ingenieros (autentica "autopista" montañera) un día tras un puente largo: hay rodadas que se ven que van rodando por el camino, respetando. Sin embargo, hay otras que van derrapando, trazando por donde les da la gana, pasando por donde no hay camino, moviendo piedras, destrozando los pasos de agua que alguien muy bien diseño un día (no pensando en que con los años subirían motoristas con esas mentalidades)…. No me lo invento, sube al monte y míralo por ti mismo. Dejo aparte el tema de los quads.
Sería interesante recordar a estos usuarios (aparte de prohibiciones, que es otro cantar), que el monte es de todos, que ese camino que estas destrozando vacilando a loa colegas, es por el que la gente va a transitar a pie, en bici, a caballo,… Que no es de tu propiedad. Que esos caminos llevan mas tiempo ahí que el que una mente como esa se puede llegar a imaginarse.
Consecuencias, ves a la gente a quien realmente el monte lo siente como parte, ya no de uno mismo, si no como parte de todos, colocando piedras, limpiando pasos de agua, quitando ramas, en una palabra: cuidándolo! Una cosa es bien cierta: si el motorista amante de la naturaleza respeta el camino, es el que mejor lo va a marcar ya que mis botas ó las ruedas de mi bicicleta de montaña no son tan agresivos cómo para desbrozar la traza de hierbas. Al cesar lo que es del césar.
Por cierto, la mayor parte de ellos (repito, no todos) ni siquiera saludan a la gente que se encuentran. Para que?, estoy en otra esfera.
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