viernes, 7 de marzo de 2008

Una de cal y otra de arena....

Eso es, una de cal y otra de arena. Que nadie piense que los geólogos estamos a la defensiva. Aquí como en botica hay de todo. Cierto es que en el caso particular de los geólogos, quien nos ha sufrido sabe lo que representamos. Quien nunca ha tenido un siniestro ni el más mínimo problema con el terreno dirá que un geólogo, “pa que!”.

Quien ha tenido la suerte de comprobar que en geología hay algo más que granito y arena de miga, mira siempre a ver donde anda el geólogo. Y eso se agradece. La verdad que resulta una profesión muy gratificante.

En este sentido, he leído esta mañana un artículo en la página www.finanzas.com que apoya esta observación. El articulo habla acerca de las obras civiles en Barcelona y comenta su viabilidad. Pero hay una frase que quiero que leas: “tras los episodios de socavones en las obras del metro en El Carmel (Barcelona) o del AVE en El Gornal (L'Hospitalet de Llobregat), las administraciones públicas "se han dado cuenta de que el dinero mejor invertido es aquel que se invierte en los estudios previos de geotecnia y viabilidad de la obra".

Tanto los geólogos como todos los colectivos que trabajamos en geotecnia tendríamos que estar orgullosos. Lo triste es el camino recorrido para llegar a esta conclusión y los miles de euros que se pierden por el camino, cuando no perdidas personales...

Si quieres leer el artículo, ya sabes, pincha aquí.
;-)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola! Aunque no pertenezco a la profesión,si bien cursé alguna asignatura de la carrera,se me viene a la memoria,y aunque podría entrar en detalles,diré el pecado pero no el pecador.En cierta ciudad española,se realizó una infraestructura,consistente en la realización de un paso subterráneo para el tráfico,bajo las vías del ferrocarril,con objeto de evitar un paso a nivel.Tuve ocasión de contemplar la maqueta hecha con todo detalle, de las características técnicas del proyecto, paradigma de obra civil de Ingeniería de Caminos.La obra se realizó, y llegó creo que a inaugurarse.Pero sucedió que,transcurriendo paralela al eje de un río del que distaría,pongamos 50 metros,el nivel freático del agua terminó reclamando lo que,por ciencia, le correspondía y acabó anegando la flamante infraestructura.Lo que amenazaba a su vez,los cimientos de las edificaciones colindantes.Al final hubo de enterrarse toda la obra realizada,y con ella,la muy respetable cantidad de recursos,en ella invertidos.La conclusión,una vez más, viene de la mano del sentído común (frecuentemente el menos común de los sentídos):¡Se había omitído la realización de un verdadero estudio geológico previo, del terreno! ¡Venga,saludos desde Asturias!