Leyendo la revista del RACC he leído bastantes artículos que me han llamado la atención especialmente. Pero en concreto me quedo hoy con tres artículos que recogen en la prensa internacional y que me han llamado especialmente la atención por diversos motivos.
El primero de ellos tiene cómo titular que Ginebra votará la gratuidad ó no del transporte público y fue publicado en Le Figaro el pasado 8 de enero. Según indica, Ginebra aplicará nuevas tasas de aeropuerto y sobre los vehículos para obtener más ingresos para el transporte público encaminado a buscar su gratuidad. Vamos, que el dinero que no van a percibir por los billetes, lo sacarán a través de las tasas de otros caminos, favoreciendo que la mayor parte de la gente se mueva en transporte público. Que no se acepta en la votación, pues nada, mejoran la red, reducen el billete y eliminarán la publicidad del transporte público. Es para pensar acerca de ello.
Otra noticia que viene, tomada del diario italiano La Reppublica, habla de la tasa que ha impuesto el consistorio de Milán para el acceso de los vehículos por el centro histórico. Aspecto muy de moda pero que en España parece ser que no nos interesa demasiado…
Pero la noticia que más me ha impresionado, es la que han obtenido en el periódico The Guardian y dice que los árboles absorben ahora menos CO2. Si, tal y como suena. A través de un estudio realizado en más de 30 puntos de observación en regiones naturales del hemisferio norte en las dos últimas décadas, se observa que ¡la capacidad de los bosques de absorber CO2 está descendiendo! El diario indica que esta observación puede explicar el porqué del rápido ascenso que se observa en las concentraciones de CO2 en la atmósfera.
Vuelta a lo mismo. Ahora resulta que ya no es solo el hombre el malo de la película. Ahora resulta que los sumideros naturales de CO2 atmosférico no rinden. Que hacemos, dejamos de respirar, perdemos calidad de vida, ó nos dedicamos simplemente a investigar mejores combustibles (cómo el caso de Islandia), ó porqué nuestros aliados naturales han decidido dejar de trabajar (y no me vale que se han puesto en huelga por nuestra culpa…). ¿¡Será que Gaia está empezando a mover ficha!?.
Menos demagogia acerca del cambio climático y más investigación científica. Que para demagogia ya tenemos bastante con las elecciones que se nos avecinan. Pero eso es otro cantar.
El primero de ellos tiene cómo titular que Ginebra votará la gratuidad ó no del transporte público y fue publicado en Le Figaro el pasado 8 de enero. Según indica, Ginebra aplicará nuevas tasas de aeropuerto y sobre los vehículos para obtener más ingresos para el transporte público encaminado a buscar su gratuidad. Vamos, que el dinero que no van a percibir por los billetes, lo sacarán a través de las tasas de otros caminos, favoreciendo que la mayor parte de la gente se mueva en transporte público. Que no se acepta en la votación, pues nada, mejoran la red, reducen el billete y eliminarán la publicidad del transporte público. Es para pensar acerca de ello.
Otra noticia que viene, tomada del diario italiano La Reppublica, habla de la tasa que ha impuesto el consistorio de Milán para el acceso de los vehículos por el centro histórico. Aspecto muy de moda pero que en España parece ser que no nos interesa demasiado…
Pero la noticia que más me ha impresionado, es la que han obtenido en el periódico The Guardian y dice que los árboles absorben ahora menos CO2. Si, tal y como suena. A través de un estudio realizado en más de 30 puntos de observación en regiones naturales del hemisferio norte en las dos últimas décadas, se observa que ¡la capacidad de los bosques de absorber CO2 está descendiendo! El diario indica que esta observación puede explicar el porqué del rápido ascenso que se observa en las concentraciones de CO2 en la atmósfera.
Vuelta a lo mismo. Ahora resulta que ya no es solo el hombre el malo de la película. Ahora resulta que los sumideros naturales de CO2 atmosférico no rinden. Que hacemos, dejamos de respirar, perdemos calidad de vida, ó nos dedicamos simplemente a investigar mejores combustibles (cómo el caso de Islandia), ó porqué nuestros aliados naturales han decidido dejar de trabajar (y no me vale que se han puesto en huelga por nuestra culpa…). ¿¡Será que Gaia está empezando a mover ficha!?.
Menos demagogia acerca del cambio climático y más investigación científica. Que para demagogia ya tenemos bastante con las elecciones que se nos avecinan. Pero eso es otro cantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario